La preadolescente atontada quería ir a la Milla de Oro, el mediano suicida a una tienda de navajas de Albacete, camisetas de futbol la pequeña estática a la Calle de los Libreros y mi Paco a La Casa del Bacalao. Mientras cogía de debajo del colchón los 12€ que he ahorrado durante el confinamiento, mi Paco se ha ido con el niño a la parada del autobús.