Sus delicatessen de toda la geografía española hacen las delicias de grandes y pequeños, y el trato familiar (pues todos son familia) lo hacen un sitio imprescindible. Ya llevaba yo tres años convenciendo a Paco de no dejarlo, haciendo cosas nuevas, juntándonos de vez en cuando, yo animándolo a él, ya que yo ya estaba volcado en NIBIRU al 100%, pero no quería que una cosa importante en nuestra vida personal se fuera por culpa de las drogas, e insistí, le motivé y conseguí que una persona llena se vaciara y se volviera a llenar con su profesión, hobby y pasión, y así fue.