El primer día que me senté en la terraza de El Sele, después del confinamiento, camisetas de futbol baratas ocupé todo el aforo. Nos fuimos por el paseo del río, pero nada más llegar al escuadrón, tuvimos que darnos la vuelta. Me contaron que a estos casi adolescentes que pronto serán mandos de la Armada, les llamaban en Pontevedra “Los Capullos” y a las jóvenes que salían con ellos o se ennoviaban con ellos se las conocía por “Las Capullas”; no había en este apelativo nada peyorativo, que resulta cariñoso si se tiene en cuenta que tiene que ver con la juventud de ellos y ellas.
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